jueves, 27 de marzo de 2014

Y Los Pájaros Vuelan??

En un día como el de hoy, podría entenderse como cualquiera, sin nada realmente extraordinario que lo defina, caminaba un viejo y soñador hombre, con mas sueños rotos en la espalda que arrugas en la cara, su caminar era, debido a la edad, un tanto atípica y sin ritmo, aun así, su ilusión de soñar algo nuevo siempre lo acompañaba en su caminar como un fiel bastón, caminado por el campo se empezó a internar en la llanura, caminaba implacable, buscando ese sueño vivo que haría que todos los demás, aún estando muertos, valieran la pena, ese único sueño que habría de valer todas y cada una de las lagrimas derramadas a lo largo de su vida, caminaba ciego y decidido por su propia insatisfacción, iba con un paso tan acelerado, dentro de su velocidad de anciano, que no notó el tronco de un árbol que yacía en el piso, cayo súbitamente y sin poder hacer algo al respecto, parecería ser que esos que en alguna ocasión fueron sueños que cargaba siempre con él, lo proyectaran con una mayor velocidad y peso hacia el suelo, cayo tan fuerte que lo que le dolió no fue el cuerpo, sino el alma al soltar cada uno de esas memorias y recuerdos rotos, desconsolado por tantas caídas sin piedad por parte de la vida, solo pudo voltear hacia el cielo, con los ojos llenos de lagrimas, llorando mas por el orgullo roto y el ego quebrado que por el dolor mismo, rogándole a un dios en el que no creía le reclamó -sólo pedía quien acompañara mi caminar, sólo quería que alguien creyera en mi. Sollozando, fue perdiendo el conocimiento, sus fuerzas ya no podían sostener esa alma tan quebrada y solo pegada por ilusiones que nunca terminaban de llegar. Al recobrar la conciencia, se dio cuenta de que el cielo era azul, con pocas nubes blancas en él y que el sol brillaba con un tono rojizo/morado que nunca había visto, pensó para si mismo que tal vez era producto de algún tipo de contusión debido al golpe, pero al percatarse que podía discernir entre si era o no una contusión, intuyo que no debía de estar tan mal si era capaz de reconocer tan básico razonamiento, entonces se le ocurrió una idea -construiré un pueblo aquí mismo, bajo este sol, un pueblo donde solo los soñadores y que aun conserven ilusiones puedan vivir en paz y en armonía. Cobrando fuerza de su nueva ilusión, se levanto y regreso al pueblo, llegando ahí vendió todo lo que poseía, que no era mucho en realidad, su lema siempre fue "necesito poco, pero eso poco lo necesito mucho", aun así se deshizo de todo y con lo que consiguió fue al mismo lugar en esa llanura y empezó a construir su pueblo, su fuerte, su hogar, contratando la ayuda necesaria al cabo de un tiempo el pueblo quedo listo, en la entrada había un arco hecho de madera con el nombre del pueblo grabado en relieve, el rumor de un pueblo llamado "Los Ojos de mi Amada" empezó a llamar la atención, la gente empezaba a llegar hacia el lugar, muchos por el morbo de ver que estupidez nueva había ideado "el viejo loco solitario", así era conocido y llamado de forma burlona por los demás, al llegar al lugar, muchos ilusionados por la propia idea de cumplir sus sueños, se fueron quedando ahí, el pueblo poco a poco fue creciendo, paso de ser un asentamiento a un pueblo con mayores servicios, fue toda una fiesta popular el día en el que instalaron el primer poste telefónico, se convirtió en un pueblo prospero donde hasta las parvadas de hermosos pájaros pasaban y anidaban -tal vez, decía el viejo, contagiados por nuestras propias ilusiones, los pájaros se alimentaban de nuestros sueños y se cobijaban con nuestras esperanzas. Era común ver a dos pájaros cuando menos sobre los cables del poste telefónico.  Un día la gente empezó a perder su propia inspiración, su propia fuerza, y es que a veces, es muy difícil mantener a flote esos anhelos tan susceptibles al rechazo ajeno, poco a poco cada uno de los habitantes se fue yendo, dejaban sus casas y pertenencias, tan solo iban abandonándolo todo, abandonándose a ellos mismos, al cabo de un tiempo solo quedaban dos pájaros sobre el poste telefónico y el viejo sentado bajo la sombra del mismo poste, los ojos del viejo se rasaron una vez mas, con una vieja y conocida melancolía y tristeza, se dio por vencido ante la vida y solo logro balbucear: 
-Ganaste, nunca hice un cambio significativo en el mundo, no queda mas legado de mi, que el de un viejo estúpido y decrépito que no pudo con la realidad y prefirió refugiarse en sus sueños. Murió en ese mismo lugar, postrado bajo el mismo poste que un día fue la alegría de todo un pueblo, las dos aves, que parecerían ser pareja, inmutables ante lo sucedido, seguían con sus planes de vida, volar al amanecer, buscar comida al medio día y regresar al atardecer al mismo poste donde habían habitado durante un tiempo ya. un día, uno de ellos, el macho, decidió no salir a volar, la hembra lo veía y lo invitaba a volar y el con sus ademanes le daba a entender que si lo haría, eventualmente, que se esperara un momento junto a él, así pasaron los días y el pájaro no volaba, la hembra le pedía e imploraba que volaran y él decía que si lo harían, pero en realidad mentía, al cabo del quinto día sin vuelo, la hembra decidió volar sin él, él solo le decía que algún día la alcanzaría y volarían juntos de nuevo, nunca fue así, el ave nunca se atrevió a dejar ese lugar seguro, ese cable de teléfonos sobre ese poste dentro de ese pueblo donde los sueños fueron sembrados y bañados de ilusiones de un viejo y solitario hombre en búsqueda continua del amor que él mismo nunca se dio.

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